Las calles de Hanoi fueron testigos de un momento que llevaba mucho tiempo esperando. El reencuentro con Iñigo, o lo que es lo mismo, el reencuentro de Cyclotherapy.
revivir viejas batallitas ciclistas,
relajarse,
y visitar maravillas naturales
Pero lo que realmente fue algo irrepetible fue volver a pedalear juntos. Esta vez Cyclotherapy ha crecido y sigue aquello de que "no hay dos sin tres". Gracias a Karen conseguimos para Iñigo una bici de ensueño para subir hacia el norte. El Abuelo nos acompañaría hasta la misma frontera con China.El camino va metiéndose poco a poco en la montaña, empezando a ver plantaciones de té compitiendo con el arroz
pero lo que más me gusta es ver esta imagen
En las montañas viven tribus, muy diferentes a la inmensa mayoría Viet. Sus casas parecen sacadas de un comic de Asterix
y sus mujeres visten coloridas y sofisticadas vestimentas
Eve y yo entramos en China. Iñigo retorna a casa. A pesar de que han pasado dos años desde que nos separamos en Bangkok estos días han sido como volver en el tiempo y han servido para prometernos nuevos reencuentros. Y serán más largos, de eso no hay duda. Nos despedimos con una comida sencilla,
pero sin probar la especialidad de la casa: perro
Por los reencuentros. Agur Abuelo
Yo me apunto a ese brindis... por los reencuentros!!! Como me alegró saber que volvísteis a ciclar juntos y con representación femenina... Zorionak Eve!!! Eta Zorionak Aitor por subir esas fotos tan guapas (como siempre).
ResponderEliminarMucho pedal!!
Cris