miércoles, 21 de marzo de 2012

1. Esperando a la primavera

Nuestro aterrizaje en Vietnam ha sido debido a factores externos. Por un lado, nuestra visa australiana expiraba y por otro nuestro siguiente objetivo, China, se teñía de blanco. Demasiado frío para subir montañas. Así que encontrar un vuelo barato a Saigon aceleró la decisión. Ibamos a esperar a la primavera en el país de Ho Chi Minh.  
Un país que al igual que sus vecinos vive sobre dos ruedas y plantando y recogiendo el alimento mágico, el arroz
Sus costas se pueblan de coloridos barcos y curiosas barcas en forma de nuez partida que nutren los mercados de pescado fresco que es recogido cada amanecer...
... desde no se sabe cuándo
El clima es benigno y las vistas, cuando la carretera acaricia el mar, son bellas y relajantes
Los mercados son más limpios que los de sus vecinos del oeste...
... y sus chicas las más presumidas. No importa que la tempertura esté por encima de los 40ºC, ellas se preocuparán de que ningún rayo de sol toque su piel
El paisaje resulta monótono y es muy difícil encontrar edificios históricos. La guerra acabó con la mayoría...
... pero buscando y buscando siempre se encuentra algo que te remonte a épocas pasadas...
...de ciudades prohibidas y emperadores
Pero eso es agua pasada. Hoy en día es un país que vive frenéticamente buscando la manera más rápida de ganar dinero
Y ellos no esperan a la primavera, como hacemos nosotros
Pero Vietnam no es un país que quite el hipo a uno. Aunque es muy popular entre turistas de todo el mundo también es cierto que solo se ven en contados puntos del país. Por la Vietnam profunda no se acerca nadie, y si soy sincero, con acierto.

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